La actriz y comediante española Aída Nizar ha dado un paso al frente para denunciar públicamente a Íñigo Errejón, líder y rostro visible del partido político Más País, por presunto acoso que habría ocurrido en uno de los eventos del partido. Según Nizar, el incidente se desarrolló en un ambiente festivo, cuando Errejón, quien aparentemente había consumido alcohol, se acercó a ella de manera que le resultó invasiva e incómoda. Esta declaración ha generado un alboroto en el ámbito político y social, especialmente porque incluye a figuras destacadas del panorama político español.
La presunta confrontación se habría desarrollado entre luces de fiesta y bullicio, donde Nizar cuenta que el político se le acercó en estado de embriaguez, quebrantando la línea de respeto que debiese regir las relaciones personales, independientemente del contexto en que se dé. Íñigo Errejón, nacido en el seno de una corriente política innovadora, ha sido conocido por su postura progresista y su compromiso con diversas causas sociales. Sin embargo, este incidente ha puesto su imagen y credibilidad al borde del abismo.
En sus declaraciones, Aída Nizar explicó que inicialmente decidió no dar parte del incidente, ya que temía que su denuncia pudiera dañar el proyecto político de Más País, una formación política que ella, al igual que muchos otros, ve con esperanzas de renovación dentro del espectro español. No obstante, un cambio de circunstancias la llevó a reconsiderar su decisión. Cuando salieron a la luz acusaciones similares en contra de otra figura política, algo repercutió en Nizar impulsándola a hablar. En sus palabras, no podía seguir permitiendo entrar en silencio lo que considera una humillante experiencia.
Después de que la denuncia salió a la luz, Íñigo Errejón negó cualquier recuerdo del incidente específico, argumentando que su estado de embriaguez le impidió tener una claridad sobre sus acciones. A pesar de su desconocimiento, ha reconocido la posibilidad de que su comportamiento pudiera haber sido visto como inapropiado, y en este sentido, dejó la puerta abierta para una disculpa, siempre y cuando las circunstancias lo demanden. No obstante, su posición ha sido vista como escurridiza y poco tajante por algunos, quienes abogan por un reconocimiento más firme de errores, de haberse cometido, por parte de figuras de su valía.
La denuncia de Nizar, más allá del ámbito personal que involucra, ha catalizado un debate más amplio sobre cómo las acusaciones de acoso son manejadas dentro de las esferas de poder político. Este caso ha contado con el respaldo de diversas figuras del ámbito político y feminista, quienes ven en este un ejemplo de las dinámicas muchas veces invisibilizadas que se dan entre las bambalinas del poder. Argumentan que la política, como cualquier otro sector, no está exenta de prácticas abusivas que deben ser confrontadas por todos los medios necesarios.
Distintos sectores exigen una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades. El conocimiento público de estos eventos se ha convertido en una suerte de llamada de atención sobre cómo el poder no debe ser una excusa para evadir responsabilidades y menospreciar experiencias de mujeres que se sienten vulneradas. En este sentido, grupos feministas han recalcado la necesidad de transformar las estructuras no solo en beneficio de justicia hacia Nizar, sino también como prevención para futuras generaciones.
Mientras el tema ocupa los titulares, se espera que las partes involucradas diluciden los pasos a seguir, conservando en mente que tanto los individuos como el tejido político en su totalidad tienen que rendir cuentas por sus actos. Quizás aquí reside la genuina oportunidad de replantear los poderes establecidos y dar un paso más hacia una sociedad en la que las dinámicas de género no sean utilizadas para subyugar.