Oklahoma City Thunder golpea primero: Superioridad en la segunda mitad
Pocas veces un inicio de serie deja tan claras las intenciones de un equipo. Los Thunder de Oklahoma City se lanzaron con todo para poner sobre la mesa su candidatura al título, vapuleando a los Timberwolves de Minnesota por 114-88 en el primer duelo de las Finales de la Conferencia Oeste. Las gradas vibraron con cada acción eléctrica de Shai Gilgeous-Alexander, quien, con etiqueta casi segura de MVP, marcó el rumbo como un metrónomo y dio la primera victoria a la franquicia que añora el anillo desde 2012.
El primer tiempo tuvo algo de suspense. Ambos equipos intercambiaron ventajas, midiéndose sin conceder terreno, pero la diferencia real llegó después del descanso. Ahí, los Thunder ajustaron la defensa y asfixiaron cualquier intento de reacción visitante. El parcial fue demoledor: 70-40 en la segunda mitad, una paliza que dejó helados a los Timberwolves y a su estrella Anthony Edwards.

El muro defensivo frena a Edwards y castiga los errores de Minnesota
Edwards llegó a la cita como el hombre capaz de cambiar el guion para Minnesota, pero se encontró atrapado entre las tenazas defensivas de Oklahoma. Incómodo toda la noche, apenas pudo mostrar la chispa que lo llevó a liderar a los Wolves en series anteriores. Intentó hacerse espacio, buscó contactos y lanzó a canasta, pero los hombres de Mark Daigneault lo tenían todo calculado.
Aunque Jaden McDaniels sacó músculo en los primeros compases, aportando puntos para mantener con vida a los suyos, poco a poco la presión fue agrietando a los Timberwolves. Los errores en ataque se multiplicaron: 19 pérdidas de balón, auténtico veneno cuando enfrente tienes a uno de los equipos más veloces al contraataque. Los Thunder no perdonaron y transformaron esos balones regalados en 31 puntos fáciles.
Por si fuera poco, Oklahoma City aprovechó la ocasión para probar con más lanzamientos de tres. Como quien ve una grieta en el muro y mete el dedo, insistieron desde el perímetro, obligando a los Wolves a abrirse y, como resultado, desarmando por dentro la defensa visitante.
La serie, sin embargo, promete más emociones. Minnesota nunca había llegado dos años seguidos a las Finales del Oeste y todavía tiene margen de ajuste. Pero la sensación después de este primer golpe es clara: los Thunder no se andan con rodeos y van a por ese ansiado campeonato que se les resiste desde hace más de una década. La serie está 1-0 y esto no ha hecho más que empezar, pero el mensaje de Oklahoma City ya resuena con fuerza en todo el mundo NBA.