Tribunal Electoral: Qué es, cómo funciona y su rol en Chile
Tribunal Electoral, la autoridad independiente encargada de supervisar y resolver todas las disputas relacionadas con elecciones en Chile. También conocido como TE, es quien asegura que cada voto cuente, que las campañas se hagan dentro de las reglas y que los resultados sean legítimos. No es un organismo cualquiera: es el guardián del proceso democrático. Sin él, las elecciones podrían ser manipuladas, los partidos ignorar las leyes o los resultados cuestionados sin quien las resuelva.
El Tribunal Electoral no solo cuenta votos. Justicia electoral es su campo: resuelve impugnaciones, sanciona campañas que gastan de más, decide si un candidato puede postularse y hasta anula elecciones si hay fraude comprobado. Y no es un asunto lejano: cuando en 2021 se cuestionó la validez de votos en regiones como Arica o Valparaíso, fue el Tribunal Electoral quien revisó los actas, verificó los padrón y decidió si se repetía la votación. Esa es su función real: no solo vigilar, sino actuar cuando algo falla.
El voto no es solo un derecho, es un acto que necesita protección. El Tribunal Electoral también regula el financiamiento de partidos, controla la publicidad política en medios y asegura que nadie compre votos. Si una campaña usa redes sociales para difundir mentiras, si un candidato promete beneficios a cambio de apoyo, o si se altera un padrón electoral, el Tribunal es el único que puede intervenir. Y lo hace con resoluciones públicas, claras y con plazo fijo. No hay apelaciones infinitas. Eso es lo que da confianza.
En Chile, donde las elecciones han marcado cambios históricos —desde la salida de la dictadura hasta la votación por una nueva constitución—, el Tribunal Electoral ha sido el puente entre la voluntad popular y la institucionalidad. No siempre es popular. A veces decide cosas que no gustan. Pero su poder no viene de la simpatía, sino de la ley. Y eso lo hace indispensable.
Lo que encontrarás aquí no son solo noticias sueltas. Son casos reales, decisiones clave y momentos en que el Tribunal Electoral cambió el rumbo de una elección, protegió el voto de una región o impidió que una campaña violara las reglas. Son historias de cómo la democracia se mantiene viva, no por suerte, sino por instituciones que funcionan —o que intentan hacerlo.