Liga de Naciones
La Liga de Naciones, una competición internacional de selecciones nacionales organizada por la UEFA y con impacto directo en las ligas sudamericanas. También conocida como UEFA Nations League, es más que un torneo amistoso: es una forma de darle sentido a los partidos de ventana internacional, con ascensos, descensos y clasificación a la Eurocopa en juego. Aunque nació en Europa, su modelo ha influido directamente en cómo se organizan las competencias en CONMEBOL, la confederación sudamericana que gestionó la Copa América y ahora evalúa formatos similares para la selección chilena. En Chile, la Liga de Naciones ya no es un tema ajeno: los partidos contra Argentina, Uruguay o Perú ya no son solo amistosos, son puntos que cuentan para la clasificación, la moral del equipo y hasta la decisión de los técnicos.
El impacto se siente en cada convocatoria. Cuando Chile juega en la Liga de Naciones, los jugadores como Alejandro Tabilo o Javier Altamirano no solo buscan ganar, sino evitar el descenso a una categoría inferior. Eso cambia la dinámica: los entrenadores priorizan la consistencia sobre el juego vistoso, y los hinchas empiezan a entender que perder contra una selección menor puede costar más de lo que parece. El fútbol internacional, el conjunto de competencias que vinculan a las selecciones nacionales más allá de las Copas del Mundo. ya no es un extra: es el eje de la planificación anual. Y en Chile, donde no se clasificó al Mundial 2026, la Liga de Naciones se convirtió en el único escenario donde la selección puede recuperar credibilidad.
Lo que verás aquí no son solo resultados de partidos. Son historias de jugadores que luchan por mantener su lugar, de técnicos que deben equilibrar el futuro con el presente, y de una afición que empieza a exigir más que promesas. Aquí encontrarás cómo el empate entre Chile y Perú en octubre 2025 puede cambiar el rumbo de la temporada, cómo el desempeño en esta competencia influye en las salidas de 2026 para la Universidad de Chile, y por qué figuras como Zverev o Djokovic —aunque no jueguen fútbol— ilustran una misma verdad: en el deporte de alto nivel, no hay espacio para el descanso. Todo lo que publicamos en esta sección gira en torno a ese eje: la Liga de Naciones como motor de cambio, presión y oportunidad para el fútbol chileno.