Acoso: Qué es, cómo se manifiesta y qué casos recientes han marcado a Chile
El acoso, una forma de hostigamiento repetido que genera miedo, humillación o control sobre otra persona. También conocido como hostigamiento, es algo que no siempre se ve, pero siempre duele. No es solo un comentario incómodo o un mensaje insistente. Es un patrón de comportamiento que busca debilitar, silenciar o dominar. Puede ser verbal, físico, digital o psicológico. Y en Chile, cada vez más personas están hablando de él —no como algo normal, sino como una violación de derechos.
El acoso laboral, cuando un jefe, compañero o sistema institucional te somete a presión constante hasta que te vas o te rompes. También conocido como mobbing, ha salido a la luz en empresas, universidades y hasta en el fútbol. Por ejemplo, cuando Javier Altamirano denunció que la directiva de Universidad de Chile priorizó el miedo a las amenazas antes que el derecho a jugar, muchos vieron en eso un ejemplo de cómo el poder se usa para callar. No era solo un partido suspendido: era un mensaje de que la voz de los jugadores no importa. Y eso es acoso estructural. En redes sociales, el acoso digital, cuando alguien te bombardea con mensajes, rumores o ataques para destruir tu reputación o tu paz mental. También conocido como ciberacoso, se volvió viral con el caso de Marcianeke, quien se desmoronó en vivo por las críticas y los rumores que lo perseguían. No fue un mal día: fue el resultado de años de presión sin apoyo. Y cuando Cony Capelli habló del linchamiento mediático contra Maite Orsini, no solo defendía a una persona: estaba denunciando un sistema que convierte escándalos en espectáculo y a las víctimas en chivos expiatorios. El acoso de género, cuando el poder se ejerce sobre alguien por su identidad, cuerpo o rol social. También conocido como violencia machista, es el más silenciado, pero el más presente. No siempre lleva una agresión física. A veces es una mirada, un comentario, una negación de derechos, un silencio cómplice. Y en Chile, cada vez más mujeres, jóvenes y disidencias están rompiendo ese silencio.
Lo que ves aquí no son solo titulares. Son historias reales de personas que no se rindieron. De quienes denunciaron, se organizaron, gritaron, lloraron y siguieron adelante. En esta colección, encontrarás casos que muestran cómo el acoso se esconde detrás de decisiones institucionales, de rumores en redes, de silencios cómplices y de sistemas que priorizan la imagen sobre la justicia. No hay respuestas fáciles. Pero sí hay voces que ya no callan. Y eso, al menos, es un comienzo.