Empate amargo en Barranquilla: el peso del favoritismo y la falta de gol
Una noche de frustración se vivió en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla el 6 de junio de 2025. La Selección Colombia, favorita clara según las apuestas con un 1.30 frente a los 10.65 de Perú, no logró pasar del 0-0 ante una selección peruana que llegó a protegerse y terminó llevándose un punto importante para sus aspiraciones mundialistas.
James Rodríguez salió al paso tras el pitido final, visiblemente contrariado pero con palabras de respaldo para sus compañeros. "Tuvimos ocasiones, dominamos, pero la pelota simplemente no quiso entrar," declaró a los periodistas. Fue uno de los más activos, buscó con un remate a puerta en la segunda mitad, pero la suerte no estuvo del lado colombiano.
La ausencia de Luis Díaz pesó. Suspendido por acumulación de tarjetas amarillas, el habitual revulsivo de Colombia dejó un hueco imposible de llenar, pese a los esfuerzos de jugadores como Camilo Hernández, quien tuvo una de las opciones más claras en los primeros minutos pero se topó con Pedro Gallese, el siempre fiable portero peruano.
Tensiones internas y números históricos
El fútbol colombiano no puede escapar a los rumores. Apenas terminó el partido, circuló la versión de una supuesta discusión en el vestuario entre James y el joven Jhon Duran, quien además fue amonestado en la primera parte. Sin darle mayor importancia, James fue tajante al negar cualquier enfrentamiento y aseguró que el vestuario sigue unido, a pesar de los resultados que no acompañan.
Este empate se añade a una larga historia entre ambos equipos: ya suman 23 igualdades en 61 enfrentamientos oficiales, con 21 victorias para Colombia y 17 para Perú. Pero hoy, más que los números, pesa la urgencia de volver a sumar de a tres, si los de Néstor Lorenzo quieren encaminar el rumbo al Mundial 2026.
Ahora, la presión se traslada directamente al próximo reto: visitar a la campeona mundial, Argentina, en Buenos Aires. Un duelo de máxima exigencia y con la amenaza de nuevas bajas. Tanto Richard Ríos como Daniel Muñoz están al borde de la suspensión y, si ven otra amarilla, se perderían uno de los partidos más esperados del calendario. La afición colombiana, acostumbrada a vibrar y sufrir por igual, ya empieza a mirar de reojo los posibles escenarios y a preguntarse si será suficiente con el dominio de balón o si hace falta algo más de efectividad cuando el arco se cierra.
