Yellowstone: El supervolcán que nunca deja de preocupar
Yellowstone, un parque nacional en Estados Unidos que alberga uno de los supervolcanes más activos del planeta. También conocido como el corazón geotérmico de Norteamérica, es más que un destino turístico: es un reloj biológico y geológico que late bajo nuestros pies. Cada pequeño temblor, cada nube de vapor que sale del suelo, es una señal de que algo enorme está ocurriendo allí, y aunque no hay una erupción inminente, los científicos lo monitorean como si fuera una bomba de tiempo silenciosa.
Lo que muchos no saben es que Yellowstone, un sistema geotérmico de más de 10.000 fuentes termales y géiseres afecta directamente cómo entendemos el clima, la geología y hasta la vida en otros planetas. La energía que libera es tan potente que podría alterar el clima global si entrara en erupción. Pero no es solo una amenaza: también es una fuente de descubrimientos. En sus aguas calientes viven bacterias que resisten temperaturas extremas, y esas bacterias ayudan a desarrollar medicamentos y tecnologías de biotecnología. Es un laboratorio natural que nadie puede replicar.
Y aunque Yellowstone está en Estados Unidos, su sombra llega hasta Chile. Aquí, en la Región de Coquimbo, se protege el cielo nocturno para que los observatorios funcionen sin contaminación lumínica. En el mismo espíritu, científicos chilenos estudian los patrones geotérmicos de nuestro propio territorio —como los de El Tatio— para entender mejor lo que pasa bajo Yellowstone. No es coincidencia que cuando hay un cambio en la actividad sísmica en Chile, los geólogos de todo el mundo, incluyendo los de EE.UU., revisen los datos de Yellowstone. Somos parte de una red global de vigilancia.
El ecoturismo en Yellowstone atrae a millones cada año, pero también genera presión sobre el ecosistema. En Chile, vimos lo mismo con el apagón por nuestro cielo: cuando algo es valioso, hay que protegerlo con reglas claras. En Yellowstone, los osos, los lobos y los bisontes no son solo atracciones: son indicadores de salud ecológica. Si algo falla allí, el mundo lo nota. Y si algo se arregla, también lo hace.
Lo que encontrarás aquí no son solo titulares sensacionalistas sobre una erupción inminente. Son historias reales: cómo un sismo en Venezuela, una nueva tecnología de conectividad en Chile, o el regreso de Silvio Rodríguez a Santiago, tienen más en común con Yellowstone de lo que crees. Todo está conectado. La tierra, el clima, la gente, la ciencia. Y en medio de todo esto, Yellowstone sigue latiendo, silencioso, poderoso, impredecible. Lo que viene no lo sabemos, pero sí sabemos que no podemos ignorarlo.
