Stan Wawrinka: El tenista suizo que desafió a los grandes del tenis
Stan Wawrinka es un tenista suizo, un jugador de tenis profesional conocido por su potente derecha y su capacidad para levantar trofeos en los momentos más importantes. Aunque nunca fue el favorito de los pronósticos, logró ganar tres Grand Slam contra rivales que dominaban el tenis: Rafael Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer. Su victoria en el Abierto de Australia de 2014, contra Djokovic, fue la primera señal de que algo distinto estaba pasando en el tenis. No era un niño prodigio, no tenía el estilo perfecto, pero tenía garra, inteligencia táctica y un golpe de derecha que parecía hecho para romper récords.
Lo que hace único a Wawrinka es que no se adaptó al sistema. Mientras otros jugadores se enfocaban en la consistencia y la defensa, él apostó por el ataque, incluso cuando estaba detrás en el marcador. Ganó el Abierto de Francia en 2015, derrotando a Nadal en semifinales —algo que pocos creían posible— y luego se llevó el Abierto de Estados Unidos ese mismo año. En 2016, en el Abierto de Australia, volvió a vencer a Djokovic en la final. Esas tres victorias no fueron casualidad. Eran el resultado de una mentalidad que nunca aceptó estar por debajo de los demás. A diferencia de otros tenistas que se retiraron tras perder contra los "Big Three", Wawrinka siguió compitiendo, incluso cuando su ranking bajó y los jóvenes como Alcaraz y Sinner empezaban a dominar. Su lucha no fue por ser el número uno, sino por demostrar que un jugador con carácter puede ganar contra los mejores, en cualquier superficie, en cualquier momento.
En Chile, los aficionados al tenis lo recordaron cuando Alejandro Tabilo compitió en Shanghai y cuando Zverev se frustró en el US Open. Wawrinka representó lo que muchos jugadores chilenos sueñan: no necesitas ser el más joven, el más rápido o el más popular. Solo necesitas creer en tu juego, incluso cuando nadie más lo hace. En las noticias que encontrarás aquí, verás cómo su legado influye en jugadores actuales, cómo se compara su estilo con el de otros campeones, y qué significa para el tenis sudamericano tener un ejemplo como él: real, humano y valiente. No es solo un nombre en un trofeo. Es una lección de tenis y de vida.
