Regreso al tenis: ¿Qué significa realmente para Chile y el mundo?
El regreso al tenis, el fenómeno de jugadores veteranos y nuevos talentos que vuelven a competir con fuerza tras pausas, lesiones o cambios de rumbo. También conocido como renacimiento del tenis profesional, este movimiento no es solo sobre jugar más partidos: es sobre volver a creer en el deporte, en los sueños largos y en la resistencia de los atletas que no se rinden. En 2025, el regreso al tenis tiene rostro: Novak Djokovic, el serbio que sigue compitiendo a alto nivel a los 37 años, con metas claras hasta 2027. También es el tenista más ganador de la historia, cuya persistencia inspira a toda una generación. Su regreso no es un capricho: es una declaración de que el tenis no se acaba con la edad, sino con la falta de ganas. Y en Chile, ese regreso tiene nombre: Alejandro Tabilo, el tenista chileno que lucha en los Masters 1000, enfrenta a los mejores del mundo y sigue siendo el mayor referente nacional en la ATP. También conocido como la esperanza chilena del tenis, su camino no es fácil, pero es auténtico. El regreso al tenis no es solo de los grandes, es también de los que no tienen patrocinadores millonarios, pero sí corazón y garra.
Lo que vemos ahora no es un simple regreso, es una transformación. Mientras Djokovic persigue su 25.º título, jugadores como Zverev y Auger-Aliassime están rompiendo el dominio de los jóvenes. Boris Becker lo dice claro: muchos ya no luchan por ganar Grand Slams, solo por llegar a semifinales. Eso hace que el regreso al tenis sea más valioso que nunca. Porque cuando un jugador como Tabilo pierde en Shanghai, no es solo una derrota: es una señal de que Chile está de vuelta en el mapa del tenis profesional. Y cuando Mark Knowles asegura que Djokovic jugará hasta 2027, no está hablando de nostalgia: está hablando de una nueva era donde la experiencia y la juventud se enfrentan cara a cara.
El regreso al tenis no se mide solo en victorias. Se mide en la capacidad de levantarse después de caer, en volver a entrenar con dolor, en jugar en canchas que no son las tuyas, en soportar la presión de una nación que espera. En Chile, ese regreso tiene nombre, rostro y sudor. Y en las noticias de este año, lo vemos en cada partido de Tabilo, en cada comentario de Becker, en cada entrevista de Djokovic. No es un momento pasajero. Es el comienzo de algo más grande: un tenis más humano, más real, más valiente. Lo que viene no son solo partidos. Son historias de quienes no se rindieron. Y tú, ¿estás listo para seguirlas?