Música electrónica en Chile: tendencias, artistas y eventos que marcan la escena
La música electrónica, un género que usa sintetizadores, baterías digitales y software para crear ritmos que mueven pistas y mentes. También conocida como EDM, no es solo ruido de fiesta: es una cultura con productores, festivales y comunidades que crecen cada año en Chile. En Santiago, Valparaíso y Concepción, los locales pequeños se llenan de gente que busca más que un beat: buscan identidad, conexión y energía pura. No es casualidad que artistas como Marcianeke, un referente del sonido urbano chileno que mezcla electrónica con rap y emociones crudas hayan logrado conectar con miles en redes, ni que eventos como el Festival de Música Electrónica de Viña del Mar, una cita anual donde se juntan productores locales y extranjeros bajo luces y bajos potentes se agoten en horas.
La escena no vive solo de grandes nombres. Hay productores en cuartos de casa, en Valparaíso o Temuco, que suben sus tracks a Bandcamp y los comparten en grupos de WhatsApp. Algunos usan software libre, otros tienen estudios caseros hechos con audífonos y una tarjeta de sonido. Lo que importa no es el equipo, sino la intención. Y en Chile, esa intención está creciendo. Los festivales como Festival de Música Electrónica de Viña del Mar y Santiago Underground, una serie de shows en espacios alternativos que priorizan la experimentación sobre el showbiz no solo traen música: traen comunidad. Aquí no se trata de ver a un DJ famoso, sino de descubrir a alguien que nunca antes habías escuchado y que, en cinco minutos, te cambia la cabeza.
Lo que ves en estas notas no es azar. Son los rastros de una escena que se mueve en silencio, pero con fuerza. Hay historias de artistas que empezaron en fiestas de barrio y ahora llenan salas. De productores que usan samples de cumbia chilena y los mezclan con kicks de techno. De espacios que cerraron y volvieron a abrir con mejor sonido. Aquí encontrarás lo que realmente pasa: no solo los conciertos, sino los movimientos detrás de ellos. Lo que te espera no son listas de favoritos, sino pistas reales, voces auténticas y escenarios que no están en los influencers. Esto es música electrónica hecha en Chile, por chilenos, para chilenos —y ya no se puede ignorar.