El pintoresco pueblo de Huerta de la Obispalía ha vuelto a engalanarse con una de sus festividades más queridas y antiguas: la romería en honor a la Virgen de La Fuensanta. Cada año, sus habitantes se reúnen y participan con fervor en esta peregrinación, una marcha en la que la imagen de la Virgen es llevada en procesión por las calles del municipio hasta llegar al Estadio de La Fuensanta, donde se encuentran las raíces más profundas de su identidad cultural y religiosa.
La romería de Huerta de la Obispalía no es solo una muestra de devoción religiosa, sino también una celebración de la comunidad, un evento que une a sus habitantes en un sentimiento común de fraternidad y orgullo local. Desde primeras horas de la mañana, se pueden ver a los vecinos y vecinas vestidos con sus mejores galas tradicionales, muchos de ellos llevando ramos de flores y sumándose a la procesión que avanza al ritmo de la música de bandas locales. Este acto se convierte en una manifestación viva de la fe, donde adultos, jóvenes y niños participan por igual, consolidando la transmisión generacional de las tradiciones.
El recorrido de la romería es uno de los momentos más esperados del año. Comienza en la parroquia del pueblo, un templo que guarda siglos de historia y que es el punto de partida para esta jornada tan especial. La mayoría de los vecinos se agrupan en pequeños contingentes, acompañando a la Virgen con cánticos y plegarias. La calle principal se convierte en un mar de personas y adornos, con balcones engalanados en honor a la Virgen de La Fuensanta.
Una vez alcanzado el Estadio de La Fuensanta, se da paso a una serie de celebraciones que incluyen misas al aire libre, actuaciones musicales, y representaciones teatrales, todo ello impregnado de un carácter festivo y alegre. La gastronomía también juega un papel fundamental, con puestos que ofrecen platos típicos de la región, como migas, caldereta y dulces tradicionales, lo que permite a los asistentes disfrutar de los sabores locales mientras celebran en compañía de familiares y amigos.
La romería es, sin lugar a dudas, una piedra angular en el calendario de Huerta de la Obispalía. No solo enriquece el acervo cultural del pueblo, sino que además fomenta la unidad y la solidaridad entre sus habitantes. Las diferentes generaciones se reencuentran en esta festividad, fortaleciendo los lazos familiares y comunitarios, y enseñando a los más pequeños la importancia de mantener vivas las tradiciones.
Además de ser un evento de gran relevancia religiosa, la romería tiene un marcado impacto social y económico para el pueblo. Los comercios locales ven un repunte en sus ventas, y la afluencia de visitantes contribuye a dinamizar la economía local. Sin olvidar los diversos concursos y competiciones que se organizan, como el de la mejor decoración floral o el de la mejor vestimenta tradicional, que incentivan a los vecinos a prepararse con antelación y mostrar su creatividad y amor por la cultura local.
El éxito y la continuidad de la romería en Huerta de la Obispalía son testimonio de la fortaleza y la determinación de su gente por preservar sus más queridas costumbres. Año tras año, la implicación y entusiasmo se mantienen intactos, demostrando que, a pesar de los cambios y las nuevas realidades, la devoción y el sentido de comunidad siguen siendo el núcleo de esta celebración venerada.
Desde los ensayos de las bandas musicales hasta la preparación de los ornamentos florales, cada detalle es cuidado con esmero, asegurando que la tradición se mantenga fiel a sus raíces. Y es que esta festividad no solo honra a la Virgen de La Fuensanta, sino también la historia, el espíritu y el corazón de un pueblo que, a través de esta romería, expresa su identidad y su vocación de hermandad.