El 25 de julio de 2024, se confirmó a través de las redes sociales el fallecimiento de Óscar Acevedo, conocido protagonista de un audio viral que se originó durante una audiencia judicial en 2009. Acevedo, cuyo nombre completo es Óscar Antonio Acevedo Acevedo, se ganó la atención del público cuando durante una audiencia se le pidió que dijera su nombre completo. Lo que pareció una simple pregunta se convirtió en un episodio memorable debido a las respuestas sucesivas y confusas de Acevedo, que terminaron por arrancar risas a todos en la sala, incluida la jueza que presidía la sesión.
El audio en cuestión ganó popularidad rápidamente en aquella época, viralizándose en las primeras redes sociales. No solo era el contenido gracioso, sino que también capturaba un momento de humanidad y espontaneidad dentro del riguroso entorno judicial, un espacio donde generalmente predomina la seriedad y el formalismo.
A partir de ese momento, Óscar Acevedo se convirtió en una especie de figura pública involuntaria. Las redes sociales y foros dedicados a la difusión de contenido humorístico adoptaron con rapidez el audio, y fue compartido y reeditado en innumerables ocasiones. Frases como “Óscar Acevedo. ¿No se escucha? Óscar Acevedo. Óscar Acevedo Acevedo, Antonio Acevedo.” se convirtieron en algo así como un mantra dentro de la cultura popular digital de la época.
Para aquellos que estaban presentes en la sala del tribunal aquel día, el episodio fue una muestra de lo inesperado que puede ser el comportamiento humano, una situación que ofreció un momento de alivio cómico en medio de una atmósfera tensa. Pero para Óscar Acevedo, esta notoriedad le supuso una mezcla de sensaciones. Según fuentes cercanas, él nunca buscó la fama, y el súbito interés del público por su figura fue tanto un motivo de diversión como de incomodidad.
La muerte de Óscar Acevedo fue reportada inicialmente en 'X', anteriormente conocida como Twitter, donde usuarios de distintos rincones del país ofrecieron sus condolencias y recordaron el famoso audio que hizo reír a miles de personas. El documento emitido por el Poder Judicial estableció que la causa del fallecimiento fue por causas naturales y que ocurrió en la ciudad de Talca el 24 de julio de 2024.
Muchos internautas aprovecharon la ocasión para volver a compartir el famoso audio junto con mensajes de despedida y reflexiones sobre cómo un momento aparentemente trivial puede tener un impacto duradero en la cultura popular. “RIP Óscar Acevedo” y “Gracias por las risas, Óscar” fueron algunas de las frases más frecuentes observadas en la red.
A pesar de haber alcanzado la fama de manera accidental, la vida de Óscar Acevedo fue mucho más que ese episodio viral. Nacido y criado en la ciudad de Talca, Acevedo llevó una vida normal y fue conocido por su carácter afable y su deseo de mantenerse alejado de los focos mediáticos. Pocas veces habló públicamente sobre el incidente, prefiriendo no comentar sobre el episodio que lo hizo famoso.
Quienes le conocieron destacan que Acevedo era una persona sencilla y trabajadora. Siempre preocupado por su familia y sus amigos, con quienes compartía su tiempo libre. Era un hombre que apreciaba la tranquilidad de la vida cotidiana y que, a pesar de su involuntaria popularidad, nunca perdió la humildad ni el sentido del humor.
El audio de Óscar Acevedo sigue siendo un recordatorio del poder del humor para conectar a las personas, incluso en lugares y situaciones inusitadas. Aunque su figura en las redes sociales fue reducida principalmente a un momento cómico, su legado va más allá de las risas que provocó. Representa también cómo las pequeñas interacciones, incluso las más inusuales, pueden tocar las vidas de muchos y dejar una huella indeleble.
Con la noticia de su fallecimiento, muchos han rendido homenaje a una persona que, sin quererlo, se convirtió en una parte entrañable del imaginario colectivo. La historia de Óscar Acevedo es un testimonio de que todos, en algún momento, pueden convertirse en protagonistas de una anécdota que permanecerá en la memoria de la cultura popular. Que descanse en paz, Óscar, y que tu nombre siga provocando sonrisas cada vez que sea escuchado.